El fruto del tomate está compuesto por una pared carnosa cubierta por una piel fina rica en compuestos aromáticos. En el centro tiene una médula en la cual se enganchan las semillas, que están rodeadas de un jugo semilíquido similar a la gelatina.
El tomate es un alimento con poco contenido energético (alrededor de 18 Kcal/100 g), ya que su constituyente mayoritario es agua. Le siguen los azúcares (3%), que le confieren un ligero sabor dulce.
Tiene un contenido interesante en fibra, vitaminas y minerales, como la vitamina C, provitamina A, y vitaminas del grupo B. Un compuesto interesante del tomate es el licopeno, el cual se encuentra en cantidades elevadas dentro de sus células. Cuando el tomate se cocina y se rompen las paredes celulares, el licopeno se libera aumentando así su cantidad en el producto final.